Por Andrés Dauhajre hijo. mar 21, 2021

No presionemos más al gobierno de EE. UU. Reconozcamos que el Covid-19 ha golpeado excesivamente a los estadounidenses. A pesar de tener el 4.2% de la población mundial, la cuota de fallecidos que el Covid-19 ha facturado a EE. UU. representa a la fecha el 20.4% del total de fallecidos en el mundo como consecuencia de este virus. Más de 555,000 estadounidenses han perdido la vida a causa del coronavirus.  La nación más poderosa del mundo no es gobernada por marcianos. Son políticos quienes la gobiernan; políticos que tienen que responder a su pueblo.  No lo dudemos un instante, la doctrina que postula “las vacunas para los americanos” ha sido extraída del Manual de Evasión de Costos Políticos.  No es diferente a la que hemos escuchado en nuestra geografía y que reza “las vacunas que hemos adquirido están destinadas a los dominicanos”. 

 

La puerta que debemos seguir tocando es la de China.  A pesar de tener el 18.3% de la población mundial, la cuota de fallecidos que le ha correspondido como consecuencia de la pandemia del Covid-19, ha sido de apenas el 0.17% del total de fallecidos en el mundo.  En China, las estadísticas oficiales indican que el número de fallecidos a la fecha alcanza 4,636 personas.  En otras palabras, por cada persona fallecida en China a causa del coronavirus, en EE. UU. han muerto 120.  Al ritmo que va la cosa, República Dominicana posiblemente terminará con más fallecidos que China. Para colmo, mientras la economía norteamericana se contrajo 2.3% en el 2020, la de China, donde se registró el primer caso de Covid-19 en el mundo, se expandió 2.3%, a pesar de la pandemia que generó una depresión de la economía mundial.

 

A la fecha, el Gobierno ha recibido 1,868,000 dosis, de las cuales, 1,838,000 provienen de farmacéuticas chinas (1,768,000 de Sinovac y 50,000 de Sinopharm) y 50,000 de la vacuna Covishield fabricada por el Instituto Serum de India bajo licencia de AstraZeneca. Para el 25 de marzo está pautada la llegada de 1 millón adicional de dosis de la vacuna de Sinovac. Con esa misma empresa farmacéutica se ha pautado recibir 4 millones de dosis en abril y 4 millones adicionales en mayo.  El gobierno ha informado además que 90,000 dosis de la vacuna Covishield de India llegarían en los próximos días.

 

Con las dosis de vacunas que hemos recibido a la fecha, podría ser vacunada el 12% de la población meta de 7.8 millones. En total, el país tiene una necesidad bruta de 15,600,000 dosis de vacuna. Dado que a la fecha hemos recibido 1,868,000 dosis, necesitamos 13,732,000 dosis adicionales, de las cuáles, 9 millones serían suministradas por Sinovac y 90,000 por el Instituto Serum de India.  El Gobierno dominicano debería acordar con Sinovac otras 4,642,000 dosis para junio.  Con esa cantidad, el país tendría asegurada la disponibilidad necesaria para completar el proceso de vacunación de la población meta entre julio y agosto de este año. Las demás vacunas que el Gobierno ha contratado podrían ser vendidas a otros países cuando hayan sido recibidas o donadas a naciones que, como Haití, tendrán una enorme demanda insatisfecha.  De esa manera estaríamos exhibiendo el nivel de solidaridad con naciones más pobres que los países desarrollados, por diversas razones, no pudieron exhibir con países en desarrollo como el nuestro.

 

No existe una política pública más efectiva para estimular la recuperación vigorosa de nuestra economía que colocar a la República Dominicana a la par con Chile en el proceso de vacunación. EE. UU. ya ha administrado 124 millones de dosis y tiene previsto aumentar el ritmo de vacunación a más de 3 millones de dosis diaria.  En otras palabras, para julio-agosto de este año, EE. UU. habría vacunado cerca del 75% de la población, con lo cual habría alcanzado la inmunidad colectiva a la que aspiran todos los países del mundo.  Si nuestro principal socio comercial y fuente de turistas ha alcanzado esa meta en julio o agosto de este año y su población advierte que sólo Chile en el lejano Cono Sur y República Dominicana en el cercano Caribe también lo han logrado, preparémonos para una avalancha de turistas estadounidenses a partir de octubre y noviembre de este año y un prolongado boom del turismo durante diciembre 2021 – abril 2022.  El gobierno dominicano debe reconocer que las cantinfladas de AMLO en México generarán una externalidad extraordinariamente positiva para la República Dominicana que debemos aprovechar: la potencial desviación de turistas americanos desde México hacia República Dominicana.

 

Acelerar la recuperación reviste gran importancia para nuestra economía. No podemos pretender que la recuperación ocurra milagrosamente cuando sólo el Banco Central ha estado siguiendo el protocolo que Keynes habría elaborado, en el ámbito monetario, para dejar atrás la caída dramática del 2020. En el ámbito fiscal y presupuestario, extrañamente, parecería estarse siguiendo el protocolo de la escuela austríaca.  En el Ministerio de Economía, los seguidores de Kalecki parecen haber olvidado cuando impartían docencia sobre los orígenes kaleckianos del modelo keynesiano, rechazados en 1982 por Patinkin en su libro “Anticipations of the general theory? and other essays on Keynes”. El área de Compras y Contrataciones del Gobierno parece alcanzar el éxtasis cada vez que desautoriza gastos o rechaza licitaciones, bajo el lema ¡Transparencia o Muerte! ¡Venceremos!

 

La caída de la inversión pública oscila entre lo alarmante y lo dramático.  Para el 2021, el gasto de capital fue presupuestado en RD$123,163 millones. Entre enero 1ro. y marzo 12, el gasto de capital acumulado ha sido de RD$5,941.9 millones, casi RD$20,000 millones por debajo de lo que debió ejecutarse durante ese período de acuerdo al Presupuesto de este año. Mientras eso ocurre en ámbito de la inversión pública, el crédito consolidado de los bancos múltiples y demás entidades financieras al sector de la construcción se ha reducido en RD$14,263 millones al 15 de marzo de este año en relación al nivel alcanzado a finales de marzo de 2020.  Si a esto le agregamos que en enero de este año el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) cayó en -1.8%, las ventas reales de la economía en general en -6.5%, las ventas reales del sector hotel, bares y restaurantes en -54.5%, y que en enero-febrero de 2021 las recaudaciones reales del Itbis cayeron en -15.0% con relación al mismo período en el 2020, está claro que debemos actuar con precisión y velocidad.

 

No parece posible lograr la uniformidad de criterios, políticas y visiones de todas las áreas de la política económica y financiera del Estado. Frente a semejante dispersión de los protocolos frente a la depresión, la única salida es vacunar como locos, más aún si sabemos que el Gobierno tiene las manos desatadas para comprar vacunas sin tener que pedir permiso o autorización a Compras y Contrataciones. Vacunar aceleradamente es lo único que va a construir las esperanzas que la pandemia se llevó y alimentar de nuevo los espíritus animales de los inversionistas.  De paso, creará las condiciones para el resurgimiento del sector turismo como fuente principal de crecimiento económico, generación de divisas y atracción de inversión extranjera directa.  Que los chinos nos vacunen para que los americanos regresen a nuestras playas.

 

Mientras más rápido vacunemos, más rápida será la recuperación.  Si sorprendemos a la región y al mundo logrando la inmunidad colectiva en julio o agosto de este año, que nadie se sorprenda si el Banco Central se ve precisado a cambiar su estimación del crecimiento para el 2021, llevándola al rango 8% – 9%. EE. UU. y China crecerán 6.5% este año.  Con un regreso vigoroso del turismo en el último cuatrimestre del 2021, no descartemos la reedición de lo sucedido después de la crisis bancaria del 2003-2004: la economía dominicana registró un crecimiento real anual promedio de 9.5% en los años 2005-2007. 

 

Estamos seguros que el presidente Abinader sabrá sacar provecho al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre República Dominicana y China que se produjo el 30 de abril del 2018, bajo la administración de Danilo Medina. Sin el restablecimiento de esas relaciones, hoy no tendríamos vacunado el 7% de la población total, sino que estaríamos como Haití, Nicaragua, Paraguay, Guatemala y Honduras, leales a Taiwán, que exhiben un nivel de vacunación que oscila entre 0.00% y 0.38% de la población total. Si China nos ayuda, agilizando el despacho de las vacunas que necesitamos, podemos reeditar la clase de recuperación económica que exhibimos en el 2005-2007. República Dominicana, de nuevo, sería la estrella más brillante en el firmamento económico de la región.

 


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